Hace algunos días mi niña cumplió seis meses. Aproveché la ocasión para festejar que logramos alimentar a la niña todo ese tiempo con leche materna exclusivamente. Nada de formula, ni botellas de agua; puro pecho. De modo que esa noche celebramos dándole a la bebé su primera porción de cereal.
El acontecimiento fue filmado y fotografiado y la emoción de verla comer por primera vez bloqueó la realidad de lo que estaba viviendo, pero papá se encargó de traerme de vuelta a la tierra: "ya comenzó el destete". Ese primer platito de tantos más que se comerá representan menos contacto piel a piel con mi hija, menos miradas cómplices, es decir, el comienzo del fin de un espacio que sólo nos pertenece a nosotras dos.
Cuando desperté de toda esa nostalgia, miré el lado positivo: ahora podría enseñarle a mi bebé cuán suculento puede ser el mundo que nos rodea y escogí hacerlo a través de papillas o compotas hechas en casa. Tengo el tiempo para hacerlo, puesto que no trabajo, y además desconfío mucho de los alimentos procesados y enlatados.
Hacer la comida de bebé en casa, no es tan complicado como parece. Basta con cocinar las verduras o frutas muy duras en agua o al vapor. Los alimentos no deben condimentarse ni endulzarse, así que se debe evitar usar sal u otros ingredientes a la hora de hervir las hortalizas. Después debes usar un procesador de comida para triturarla. Las tiendas especializadas vende unos particularmente diseñados para hacer papillas, pero una licuadora convencional sirve igual. Para manejar la consistencia puedes echar leche materna o agua para diluirlo o ponerle cereal para espesarlo y añadir textura.
Una buena idea para ahorrar tiempo y desperdicios es cocinar varias porciones y congelarlas para la semana. Para este fin se pueden usar unas bandejas o recipientes de una o dos onzas que se colocan en el congelador.
Los expertos recomiendan comenzar con vegetales y frutos amarillos porque son más fáciles de digerir, pero eso queda a discreción de los padres. Lo ideal es que una vez haya probado las papillas en cada uno de los sabores, se le de a probar compotas mixtas. Buenas combinaciones son: batata y zanahoria, calabaza y espinaca, chícharos y zanahoria, manzana y guineo, pera y melocotón.
Aunque quiero mantener mi determinación de preparar toda la comidita en la casa, ya adquirí algunos potes para cuando haya urgencia. Leí detenidamente las etiquetas y en éstas aseguran que no añaden nada artificial y que la azúcar que contiene se encuentra naturalmente en las frutas y verduras. Pero ningún pote incluye el ingrediente que yo le pondré a todo: amor; 100% amor.
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