En una de nuestras primeras ediciones, discutimos la importancia del asiento protector. Hay que usarlos y punto. ¿Qué más podría decirse al respecto? Mucho.
Cuando uno piensa que basta con adquirirlo y usarlo, se da cuenta que las sillas de seguridad para niños son difíciles de instalar. Ya que muchos padres no las ponían correctamente, se iniciaron campañas de inspección en tiendas, hospitales y estaciones de bomberos y policías. Con esto el asunto parece quedar resuelto: lo compras, lo instalas y lo llevas a inspeccionar. Falso. Esta semana descubrí que hay muchos detalles que no conocemos al respecto.
Traté de poner el asiento protector de mi bebé en un nuevo carro. Durante la instalación, nos dimos cuenta que éste quedaba muy flojo en el centro del asiento, así que tuvimos que ponerlo en el lado de la ventanilla utilizando el sistema LATCH (Lower Anchors and Tethers for Children). Desde entonces me la he pasado preocupada, porque me parece que el centro es el lugar más seguro y decidí ponerme a investigar.
Efectivamente la parte del medio del asiento trasero es la más segura, así lo indica la Academia Americana de Pediatría y la organización Car Safety. Los laterales representan un mayor riesgo en caso de accidentes. El problema es que no todos los asientos de seguridad modernos quedan bien instalados con el cinturón en esta parte del automóvil, y el sistema LATCH sólo se encuentra en los lados.
Pero lo más interesante e impactante que encontré es que utilizar la silla de seguridad en la posición hacia al frente (donde el bebé mira hacia el parabrisas) no es tan seguro como parece.